INNOVACIONES

Preservación de los glaciares suizos

Cómo la ETH Zúrich y La Prairie están protegiendo la belleza eterna de los preciados paisajes naturales

La naturaleza suiza ha destacado siempre por su belleza incomparable. Sus paisajes únicos se caracterizan por extensos lagos, montañas majestuosas e inmensos glaciares alpinos. Desgraciadamente, los glaciares, grandiosos por su magnitud y su belleza, también son uno de los paisajes naturales más amenazados por el cambio climático, evidenciando las dificultades del paso del tiempo.

Desde 2019, La Prairie y el Área de Glaciología de la ETH Zúrich, dos instituciones suizas, comparten la visión de preservar la belleza de Suiza y sus glaciares. Ambas entidades consideran que la ciencia desempeña un papel crucial en la preservación a largo plazo de la naturaleza, una búsqueda por comprender los cambios que el planeta está experimentando.

A través de la investigación, La Prairie y la ETH Zúrich pretenden fomentar la sensibilización sobre la fragilidad inherente a estos preciosos paisajes, y la importancia de su preservación en el tiempo, para que puedan continuar sirviendo de inspiración por igual a artistas, científicos y cualquier otra persona.

¿Podría presentarse y contarnos algo más sobre usted y la misión del Área de Glaciología de la ETH?

Me llamo Daniel Farinotti, y soy profesor de Glaciología en la ETH Zúrich y en el WSL Birmensdorf (Instituto Federal Suizo de Investigación sobre Bosques, Nieve y Paisaje). Desde este puesto dirijo el Área de Glaciología de la ETH desde 2016. Nuestro objetivo es comprender los efectos del cambio climático, ofreciendo respuestas a cuestiones glaciológicas de interés para la sociedad en general. Entre ellas se incluyen cuestiones como, por ejemplo: “¿Cómo evolucionarán los glaciares de La Tierra en el futuro?”, “¿qué implicará esto para los recursos hídricos?, o “¿qué oportunidades y riesgos conlleva el retroceso de los glaciares?”

¿Por qué quiso convertirse en profesor de Glaciología?

Sin duda, por la belleza de la pureza de los paisajes montañosos. Si alguna vez ha estado en la cumbre glaciarizada de una montaña al amanecer o al atardecer, sabrá exactamente a lo que me refiero: ¡es algo mágico!

El pasado junio emprendió una expedición de estudio a Jungfraujoch con el equipo de La Prairie. ¿Podría contarnos por qué escogió este glaciar y sus particularidades?

Ese lugar es uno de los casi 120 glaciares que observamos dentro del programa GLAMOS. Los glaciares que forman parte de este programa se han seleccionado teniendo en cuenta su tamaño, ubicación y datos históricos, para poder disponer de una amplia representación de los efectos del cambio climático en relación con los Alpes suizos.

Jungfraujoch está en la cima más alta de Grosser Aletschgletscher, el mayor glaciar de los Alpes europeos. Este lugar es uno de los primeros donde comenzó la observación de los glaciares, contando con una serie de datos de hace más de 100 años. Es importantísimo continuar esta valiosa serie de observaciones, ya que nos permite la contextualización a largo plazo de las rápidas transformaciones que presenciamos actualmente. Grosser Aletschgletscher es, además, uno de los lugares donde llevamos a cabo la observación en tiempo real.

¿Qué acciones emprendieron durante este viaje? ¿Cuáles son algunas de las variables que están observando y cómo lo hacen?

Mi equipo y yo efectuamos mediciones para analizar los cambios que se habían producido desde nuestra última visita, a finales de verano de 2020. Para ello medimos la altura de la nieve y su densidad. Lo primero puede hacerse usando un instrumento que llamamos sonda de nieve. Se trata básicamente de un palo largo de aluminio que introducimos directamente en la nieve hasta detectar la superficie del año anterior.

Por otro lado, la densidad de la nieve puede medirse excavando un pozo de nieve o perforando núcleos de nieve. En este caso, el método consiste en recoger un determinado volumen de nieve y medir su peso. La relación entre el peso y el volumen es lo que nos indica la cantidad de agua almacenada en el manto de nieve.

Repitiendo estas mediciones anualmente podemos evaluar el estado de los glaciares a lo largo del tiempo.

Antes mencionó la observación en tiempo real. ¿En qué consiste y cómo complementa los datos que recopilan a través de la forma “clásica” de observación?

Desde que comenzó GLAMOS hace cinco años, los glaciares han perdido aproximadamente un 10 % de su volumen. Esta evolución, que todos podemos observar a simple vista, y la necesidad de información oportuna sobre los cambios constantes fue lo que dio origen a nuestra iniciativa de observación en tiempo real. Con el proyecto piloto que estamos llevando a cabo, pretendemos recibir información “en directo” sobre los glaciares. Para ello ubicamos cámaras automáticas en los glaciares, que nos envían datos cada 20 minutos. Esto nos permite evaluar el estado de los glaciares de forma virtual en cualquier momento, lo cual supone una gran diferencia con respecto a la observación “clásica”, que únicamente proporciona datos dos veces al año.

¿Cómo contribuyen los datos recopilados a comprender mejor el comportamiento de los glaciares?

Todas las mediciones llevadas a cabo sobre el terreno se introducen en la base de datos de GLAMOS, y los resultados se publican anualmente. Esta información sirve de base para otras investigaciones relacionadas con los glaciares, tanto en la ETH como en otras instituciones. Los pronósticos sobre la evolución futura de los glaciares, por ejemplo, se basan en dichos datos para calibrar los modelos numéricos respectivos. En definitiva, los datos facilitan una mejor comprensión de todo el sistema.

¿Por qué son importantes los glaciares? ¿Qué función desempeñan en general?

Los glaciares son uno de los indicadores más evidentes del cambio climático, ya que reflejan los efectos del clima a lo largo de un periodo determinado. Esto quiere decir que los glaciares nos ayudan a “ver” los cambios que de otra forma nos costaría entender. Además, los glaciares proporcionan agua a las regiones que se encuentran río abajo, dado que han acumulado nieve y hielo a lo largo de los siglos. A escala mundial, los glaciares contribuyen de forma importante a la tasa actual de aumento del nivel del mar, con las respectivas implicaciones para las comunidades costeras. Por último, los glaciares son un elemento fundamental de nuestro paisaje. ¡Basta pensar en una postal suiza y en las montañas blancas que se ven al fondo!

¿Qué impacto ha tenido el cambio climático en los glaciares?

Los cambios que estamos observando son extraordinarios y alarmantes. En el caso de Suiza, las observaciones sistemáticas de los glaciares se remontan a hace más de 100 años. Si algo podemos decir es que los cambios nunca han sido tan extensos y rápidos como en la actualidad. Si usted visitara un mismo lugar tras algunas semanas de verano, podría darse cuenta del cambio. Si lo hiciera tras algunos años, difícilmente reconocería el lugar.

¿Qué hace que un glaciar esté más o menos expuesto al cambio climático?

Existen varios factores que lo determinan. Un factor es la dirección de la orientación de un glaciar. Los glaciares orientados hacia el sur sufren más exposición solar que los orientados hacia el norte, lo cual influye en su índice de fusión. La inclinación y el espesor del glaciar son incluso más importantes. Estos parámetros determinan lo rápido que fluye un glaciar y, por tanto, lo rápido que transporta la nieve y el hielo de las cotas más altas a las más bajas. Este transporte es, en definitiva, el que regula la respuesta del glaciar: si llega muy poco hielo hasta el morro del glaciar, a la larga se reducirá.

¿Por qué decidieron colaborar con La Prairie, y cómo les está ayudando La Prairie a cumplir la misión del Área de Glaciología de la ETH?

Hay varios elementos que nos conectan. En primer lugar, tanto a La Prairie como a nosotros nos fascina profundamente la belleza de los entornos prístinos que albergan los glaciares. En segundo lugar, coincidimos en nuestra profunda preocupación por los cambios rápidos que está sufriendo nuestro planeta, y deseamos desempeñar una función activa en la minimización de los efectos adversos de dichos cambios. A este respecto, ambas instituciones creemos que la ciencia debe desempeñar un papel crucial en la preservación de la naturaleza, ahora y para las futuras generaciones. Para La Prairie, la ciencia está arraigada en su legado. Para nosotros, es a lo que dedicamos nuestra vida profesional. Lo que nos mueve es el deseo de llegar a comprender mejor los cambios que nuestro planeta está experimentando. El tercer elemento es la noción del tiempo, intrínseca a cualquier actividad glaciológica. Por último, ambas instituciones somos suizas, y estamos fuertemente vinculadas al país en el que operamos. El apoyo de La Prairie, que se ha dirigido a dos actividades específicas, nos ayuda a alcanzar nuestra meta principal: establecer una mejor comprensión de los glaciares y proporcionar respuesta a cuestiones relativas a los glaciares, que son relevantes para la sociedad.

¿En qué forma la labor que está llevando a cabo actualmente se relaciona con otros fenómenos que están sucediendo en el mundo?

Conviene destacar que el impulsor del retroceso de los glaciares, es decir, el cambio climático, es el mismo que provoca una extensa serie de fenómenos que estamos presenciando: el blanqueo de los arrecifes de coral, el aumento de la frecuencia y la extensión de los incendios forestales, o el aumento de inundaciones ocasionadas por precipitaciones extremas, por nombrar tan solo algunos de ellos, se deben a la misma causa. Nuestra investigación enlaza con un rompecabezas mucho mayor.

Ante el interés cada vez mayor por los temas relacionados con el cambio climático, ¿cómo cree que evolucionará la labor que están llevando a cabo actualmente?

Como científico, es muy gratificante ver que el público en general está prestando una especial atención a los procesos que estudiamos. Para los glaciólogos, se trata de un momento único para generar más conciencia y para informar al público, tanto sobre los efectos del cambio climático, como sobre las acciones que podemos emprender para combatirlo. Estamos convencidos de que nuestra investigación, así como la investigación medioambiental más general, puede contribuir a motivar a las personas a tomar decisiones más conscientes en su vida diaria.

En concreto, ¿qué podemos hacer para proteger los glaciares? ¿Cuál sería el mensaje que le gustaría compartir?

La respuesta a esta pregunta es sencilla: debemos reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero. Esto quiere decir que tenemos que cambiar la forma en que producimos la energía que usamos, y lo mismo se puede decir con respecto a los recursos naturales que consumimos. Deberíamos esforzarnos realmente por comportarnos de forma más sostenible, es decir, solo deberíamos usar la cantidad de recursos que la naturaleza es capaz de proporcionar a largo plazo. Todos podemos contribuir a reducir los gases de efecto invernadero reduciendo nuestra demanda energética. Concretamente, esto implica tomar decisiones meditadas en lo que respecta al consumo, la movilidad, las viviendas y la alimentación.

El mundo está cambiando a un ritmo increíblemente rápido, no hay duda de esto. Depende de nosotros decidir la magnitud final de este cambio, y cómo será nuestro planeta cuando se lo dejemos a las futuras generaciones.