SAVOIR-FAIRE

LA LEYENDA DE LOS TRES SOLES

UN LUGAR ESPECIAL EN SUIZA, DONDE LA LUMINOSIDAD ALCANZA SU MÁXIMA BELLEZA

En uno de los extremos del lago suizo Lemán, en la orilla orientada hacia el sur, se encuentran los soleados viñedos de Lavaux. Estos viñedos son un tesoro natural, bendecido por la naturaleza y pulido por la mano del hombre, que han ido evolucionando a lo largo de mil años hasta alcanzar el estatus de leyenda. Su secreto está en una extraordinaria sinergia, una combinación fortuita de tres fuentes de energía y luminosidad, reforzada por los habitantes de esta tierra a lo largo de los siglos. Esta sinergia se conoce comúnmente como los tres soles de Lavaux, y su acción conjunta es la que crea una fuerza revitalizadora única en el mundo.

LOS TRES SOLES DE LAVAUX

El primero de estos tres soles es el que nos mira desde el cielo: el propio Sol, fuente de toda energía. Esta estrella luminosa situada en el centro de nuestro sistema solar es también la fuente de todo el calor y la luz, es decir, de toda la vida, de Lavaux. Durante todo el año, el sol bendice la orilla sur de Lavaux con una luminosidad casi mediterránea, al desplazarse del este al oeste. Los residentes de Vaud llaman este sol “Jean Rosset”, nombre, con el que el poeta suizo Jean Villard-Gilles se refirió a él en su famoso poema “Himno al sol valdense”. El segundo de los “trois soleils” es el sol que refleja el lago Lemán. Al brillar sobre la superficie espejada del lago, los rayos del sol se proyectan hacia la orilla, irradiando una cálida luz resplandeciente sobre los viñedos, que intensifica y complementa la luz directa del sol. Después, esta cálida luz dorada se captura y se almacena en los muros de piedra medievales de los viñedos, creando el tercer sol de Lavaux. Este tercer sol es único, un sol nocturno, que va dispersando la energía concentrada del día entre los viñedos durante toda la noche.

UN SAVOIR-FAIRE PULIDO A LO LARGO DE LOS SIGLOS

Gracias a esta energía sinérgica, los viñedos en terraza de Lavaux han logrado obtener la máxima distinción: el estatus de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Esta valiosa superficie de tierra de tan solo treinta kilómetros de largo, que se extiende desde el castillo de Chillon hasta el límite de Lausana, abarca solo cincuenta viñedos en terraza, esparcidos entre encantadores pueblos y el propio lago. Sin embargo, la Unesco no ha concedido a Lavaux el reconocimiento de valor universal excepcional por su tamaño, sino por la forma en que la interacción sinérgica entre sus habitantes y su entorno ha optimizado los recursos locales. El resultado es un vino muy especial, que ha contribuido a la prosperidad y al bienestar cultural de Lausana durante casi mil años.

Aunque existen indicios del cultivo de vides en este lugar desde tiempos del Imperio Romano, las terrazas actuales fueron construidas por monjes en el siglo XI. Por aquel entonces, los monasterios de las órdenes cisterciense y benedictina dominaban la región, y eran poderosos núcleos de comercio, desarrollo y conocimiento. Las orillas crecieron rápidamente, y sin la previsión de los monjes, que talaron y construyeron las numerosas terrazas amuralladas en la ladera de la montaña, la energía de los tres soles no se hubiera aprovechado. De hecho, en estas laderas tan escarpadas no es posible usar maquinaria, por lo que gran parte del trabajo que requieren los viñedos debe hacerse a mano. Esta preservación continua de las terrazas, el trabajo ejercido con orgullo generación tras generación desde el siglo XI, es lo que les aporta esa aura tan única. Una vitalidad sinérgica, el resultado de un equilibrio perfecto entre las personas, la tierra y los tres soles de Lavaux.

UNA BÚSQUEDA RADIANTE

Inspirada en la exclusiva sinergia de las tres fuentes de energía y luminosidad de los antiguos viñedos en terraza con vistas al lago Lemán de la región suiza de Lavaux, La Prairie ha desarrollado una exclusiva creación destinada a revitalizar y restaurar la piel durante la noche. La noche es un tiempo de recuperación y regeneración para la piel. Estos procesos regeneradores nocturnos requieren una gran cantidad de energía para funcionar de forma óptima.

La Prairie ha diseñado una fórmula para fomentar la energía en la piel desvitalizada mediante un sistema de dos pasos. En primer lugar, la fórmula del nuevo Pure Gold Radiance Nocturnal Balm aporta un eficaz nutriente rico en energía a la piel. A continuación, el extraordinario The Pure Gold Diffusion System de La Prairie, exclusivo de Pure Gold Collection, se encarga de convertir este nutriente rico en energía en energía, activando un sensor energético. Este sensor fomenta el aprovechamiento óptimo del nutriente rico en energía por parte de las células, para ayudar a impulsar los procesos restauradores nocturnos que suponen un especial consumo de energía. Como resultado, noche tras noche, la piel se restaura, se revitaliza, se nutre.

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