Los orígenes de los rituales de belleza
Los rituales de belleza, en otros tiempos privilegio exclusivo y coto vedado de la realeza, la aristocracia y las clases pudientes, han ocupado un lugar destacado en la historia, con un enriquecedor legado para la era moderna. Los vestigios de estos rituales continúan presentes en la esencia de los rituales de belleza contemporáneos, en forma de regímenes y rituales paso a paso, para contribuir al rejuvenecimiento y proporcionar momentos reconfortantes y de puro lujo.
El reconocimiento de los orígenes de estos rituales pasa por valorarlos más profundamente. Además, estudiar a fondo el continuo legado de los rituales de belleza no es solo una forma de comprender la naturaleza del lujo, sino también una oportunidad para conocer mejor las prácticas de belleza y cuidado de la piel de los rituales con los que nos seguimos deleitando, así como las preciadas sesiones de rejuvenecimiento que conservan un atractivo atemporal.

El lujoso arte de los rituales de belleza, que a menudo entrañan un hábil uso de ingredientes nutritivos valiosos y escasos junto con una atención minuciosa a su alquimia, estaba reservado prácticamente en exclusiva a los estratos más privilegiados de la sociedad. Se dice que Cleopatra se bañaba en infusiones exóticas de azafrán y miel antes de irse a dormir con una mascarilla de oro puro, que se pensaba que rejuvenecía su piel y conservaba su belleza. Catalina la Grande mezclaba el hielo más puro con aceites esenciales y se lo aplicaba en la piel. La emperatriz viuda Cixí china empleaba una crema a base de polvo de perlas para aportar luminosidad al cutis. Incluso se habla de los rituales de belleza de Helena de Troya, a base de ingredientes raros y refinados, que se realizaban ceremoniosamente para glorificar la piel.
En estos enfoques ritualizados de la belleza, no solo se trataba de desafiar el proceso del envejecimiento, sino que constituían un alarde de prestigio y arte y, lo que es más importante, proporcionaban momentos de lujo y hedonismo al tiempo que ofrecían un valioso respiro de las presiones de los tiempos. María Antonieta contrató al perfumista Jean-Louis Fargeon, que formuló un perfume a medida que rememoraba el espíritu y el recuerdo del Pequeño Trianón, de modo que la reina podía llevar consigo el aroma de sus queridos jardines dondequiera que fuese.
Los ejemplos más relevantes de la historia de los rituales de belleza provienen quizás de Corea, un país donde los conocimientos sobre el cuidado de la piel se han ido dilatando a lo largo de tres milenios. De hecho, a lo largo del periodo de los Tres Reinos, el uso de cosméticos y el cuidado de la piel derivaron en la noción del ritual de belleza, que las clases reales transmitieron al público. El reino Goguryeo introdujo el arte de dar forma a las cejas, las mejillas sonrosadas y los peinados elegantes, mientras que las mujeres de la sociedad del reino Baekje se decantaban por un maquillaje sofisticado más ligero y natural. Por último, el reino Silla era famoso por su idea de que los rituales de cuidado de la piel eran necesarios no solo para tener un semblante perfecto, sino también para el regocijo del alma —una visión del lujo que se ha perpetuado en el mundo contemporáneo—. Tanto en la cultura occidental como en la oriental, aunque la naturaleza ceremonial de los rituales de belleza recaía en otros tiempos principalmente en las élites, estableció también las bases de las prácticas y los rituales cosméticos que emplean hoy en día mujeres de todo el mundo. En este sentido, las prácticas de belleza reales nunca se han integrado de una forma tan firme.
Al ofrecer momentos de hedonismo y enriquecer nuestra idea de qué es la belleza y qué papel desempeña en nuestras vidas, los rituales de belleza han definido el enfoque del cuidado de la piel en el mundo moderno. Las prácticas y las metodologías ritualizadas de la limpieza y la purificación de la piel, introducidas por aquellos en la cúspide de la sociedad a lo largo de la historia, se han ido incorporando a las nuestras. Hemos heredado un mandato real de innovaciones y descubrimientos en torno al cuidado de la piel, impulsado por una búsqueda eterna de soluciones e ingredientes valiosos y escasos, que nos ha permitido hoy en día mimar nuestros sentidos, aliviar el estrés y desafiar el envejecimiento de formas antes inimaginables.
Los rituales de belleza actuales van desde lo relativamente austero a lo gloriosamente meticuloso y sofisticado, sin importar cuántos pasos incluyan. Representan una sesión de lujo que siempre resulta beneficiosa. Un enfoque concienzudo del cuidado de la piel ofrece resultados positivos, no solo en la forma de una piel nutrida y resplandeciente, sino en cuanto al lujo infinito que supone.
